Cada 30 de mayo, se celebra en Argentina el Día Nacional de la Donación de Órganos y Tejidos, con el objetivo de generar conciencia y difusión sobre el impacto que puede tener esta actividad. La fecha fue establecida por el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI). Y en Tucumán un claro ejemplo de lo que representa donar un órgano es el taficeño Héctor Etin Manca, quien la vida la dio una segunda oportunidad al recibir un trasplante de hígado.
En diálogo con «El Aire de la Mañana», Manca recordó lo terrible que fue escuchar que su vida dependía de poder encontrar un órgano compatible y cuando sentía que todo había terminado, apareció un donante y desde entonces se volcó al deporte y a realizar todo tipo de campaña de concientización para despertar en la sociedad el interés de donar vida.
Cuando a Etin le diagnosticaron cirrosis en 1996, a los 34 años, cuando no había una ley de donante de órganos como ahora, por eso sus expectativas no eran muchas. Sin embargo, tomó la decisión de irse al Hospital Italiano, en Buenos Aires, a la espera de un donante y cuando lo internaron porque estaba muy mal, el 1 de julio de 2003, tuvo que esperar unas 6 horas hasta que la familia del donante brindó su aprobación y desde entonces su vida cambió para siempre.
«La verdad que soy deportista gracias al trasplante», dijo Etin al abrir la entrevista con Bruno Muzzo. «El trasplante me dio tantas cosas lindas y una de ellas es el deporte», sostuvo.
Fue en el año 1997 para recordar la primera vez que una paciente trasplantada dio a luz en el país. Dicho trasplante se realizó en un hospital público, y sin la solidaridad del donante y la profesionalidad de los médicos habría sido imposible que esta persona siguiera con vida y pudiera dar a luz.
En 2018 se sancionó la ley 27.447 que regula las actividades relacionadas a la obtención y utilización de órganos, tejidos y células. En principio, busca simplificar y optimizar los procesos de donación que requieren intervención judicial. Más precisamente declara que toda persona mayor de 18 años que no haya manifestado su oposición, se considera donante de órganos.
Etin Manca no duda en expresar que a partir del trasplante «vivo los mejores 21 años de mi vida, porque me dio una calidad de vida que nunca antes tuve y el deporte es muy importante desde el año 2003. Con algunas locuras de por medio, como haberme ido en bicicleta desde la Casa Histórica hasta El Cabildo en Buenos Aires, para despertar conciencia en la donación de órganos, y haber participado en el mundial de trasplantado en Sudáfrica».
«La verdad que tengo una vida maravillosa y por eso no quiero que quede solo para mí y por eso quiero alentar a los pacientes en lista de espera», afirmó.
La recomendación de Etin «es no quedarse quieto, como dice siempre el amigo Juan Pablo Juárez, otro trasplantado, hay que caminar, hacer gimnasia todos los días, porque eso es lo más importante».
Otro factor importante para sobrellevar esta situación «es la fe en Dios, me recomendaron consultar a un psicólogo, pero no lo hice y me encomendé mucho a Dios».
