«La película Intensamente 2 puede ser un punto de encuentro y debate»

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Mientras la película Intensamente 2 (Inside Out 2) continúa arrasando en la taquilla y despierta todo tipo de comentarios entre grandes y chicos, «El Aire de la Mañana» buscó la opinión de un especialista para tratar de comprender este éxito cimentado en una historia peculiar, como es el tema de las emociones de los seres humanos.

El psicólogo Francisco Viejobueno expresó que «presenta de una forma muy espontánea y divertida de lo que las emociones son para nosotros, lo que nos pasa cuando la vivenciamos. Lo que rescato de esta película es que nos marca la posibilidad de poner en evidencia esas emociones y ver la importancia que tienen y la necesidad de reconocerlas, comprender que forma parte de todos nosotros y que si la sabemos integrar pueden ayudarnos a tener una vida más feliz».

Intensamente 2 se desarrolla en la mente de Riley, una adolescente que experimenta cambios emocionales complejos propios de esa etapa. La historia principal gira en torno a la aparición de nuevas emociones. Entre este grupo destaca Ansiedad, quien llega a la mente de la joven para ayudarla a afrontar los nuevos desafíos de la adolescencia, como las presiones académicas, las relaciones sociales y las dudas sobre el futuro. Sin embargo, su presencia genera un desequilibrio emocional que afecta el funcionamiento del Cuartel General.
Las cinco emociones originales (Alegría, Tristeza, Miedo, Ira y Desagrado) se ven obligadas a adaptarse a estos nuevos residentes y a encontrar el punto medio entre todos para guiar a Riley en su camino hacia la adultez.

Para Viejobueno el reconocimiento de las emociones «tiene su importancia y función de integración para la personalidad, que tienen sus aspectos positivos para alcanzar la vida plena. El reconocimiento de las emociones hacen a la posibilidad de tener una vida feliz».
Apuntó que «las emociones son naturales y no las podemos categorizar como buena o malas, sino que como lo muestra la película, son un resultado de las experiencias que vamos teniendo».

Entre los «personajes» que sobresalen está la Ansiedad, a lo que el profesional expresó que «la ansiedad es como una suerte de hermana del temor, por ahí algo exagerado, y la ansiedad está presente y es natural en nosotros en el día a día, y lo importante en todo caso es reconocerla, asumirla y trabajarla a nivel mental para determinar que me está queriendo decir frente a una situación que puede ser real o imaginaria, y que está despertando ese temor de una forma exagerada».

Viejobueno consideró que «en la medida que las personas puedan ir reconociendo las emociones, educarlas y dirigidas, son totalmente capitalizable y positivas para nuestra personalidad. Por ejemplo, siempre decimos que no es mala la tristeza, lo malo no es estar triste, lo malo sería no darle importancia a esa tristeza, que se pierda el control, que vaya creciendo y que se pueda volver una decepción».

 

En cuanto a los cuestionamientos que recibió la película, el profesional apreció que todo depende de cómo se la veo porque «tanto esta película como la primera versión, no deja de tener su aspecto educativo y si los padres o los profesionales la sabemos manejar, puede ser ocasión de diálogo con nuestros hijos, de diálogo con los niños y los adolescentes, y de poder hablar de aquello que sienten, que están vivenciando y de cómo poder ir reconociendo las emociones, y que podamos echar luz con nuestra conciencia sobre aquello que es algo del orden de lo emocional, porque hay algunas que son conscientes y otras que son inconscientes».

«Esta película veo que se basa mucho sobre las emociones que están en el orden de lo conscientes, donde sabemos a qué está respondiendo esa emoción», observó el Licenciado Viejobueno.

«Por eso creo que la película puede ser un buen espacio o punto para el encuentro y el debate entre padres e hijos y en las escuelas», sentenció.

Por último, manifestó que «la película refleja de muy buena manera lo que viven los adolescentes y en esto quiero remarcar que esta película puede ser motivo de encuentros entre los padres y sus hijos, o en la escuela que puedan aprovechar este material porque en el niño y en el adolescente, las emociones son muy fuertes y todavía la personalidad se está conformando y tal vez no tienen orden racional tan desarrollado como un adulto. Y la posibilidad que los ayuden a manejar esas emociones, creo que es algo muy educativo, para tener una maduración más saludable y plena. Si una emoción no es comprendida, es acallada, puede crecer de manera tal que toma el poder de la personalidad de ese adolescente y llevarlo por caminos de enfermedad».

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